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COLUMNA: LA CONFIANZA EN LA CIENCIA MADE IN CHILE

lunes 10 noviembre 2025

Por Humberto Estay, director del AMTC.

Hace unos días fuimos notificados que el AMTC fue escogido como una las instituciones ganadoras del último Concurso ANID para Centros de Investigación Aplicada, lo que garantiza fondos estatales para nuestro funcionamiento continuo por lo menos hasta fines del año 2030. Esto, más allá de la buena noticia para todos quienes trabajamos diariamente en el AMTC, entrega un poderoso mensaje: el trabajo científico que se desarrolla en Chile es digno de la confianza del Estado.

Es sabido que Chile no es un país que destine grandes recursos a investigación, desarrollo e innovación, situación que se acentúa al fijarnos en los demás países de la OCDE. Recién en 2023 pudimos superar el 0,4% del PIB en dicha área. Por eso es que valoramos tanto que, pese al número comparativamente bajo, se esté haciendo un esfuerzo constante por parte del Estado para financiar el desarrollo científico y tecnológico de Chile, se haga una apuesta por el talento local y se exprese así la fe en que nuestro país cuenta con las capacidades para expandir y diversificar nuestra economía, y así acercarla más a la industria de la innovación. Y, en nuestro caso específico, representa la confianza que el Estado pone en nuestro Centro, que lleva 16 años de trabajo de excelencia, y en el talento, habilidades y conocimientos de científicas y científicos nacionales que día a día entregan su mejor esfuerzo en pos del desarrollo del país.

De esta manera, el habernos hecho adjudicatarios de estos fondos nos permitirá investigar e innovar en temas que representan grandes desafíos para el presente y futuro de la minería global: exploración de nuevos depósitos minerales; avanzar en tecnologías para minería robusta, especialmente subterránea; lograr más procesos mineros automatizados; desarrollar procesos hidrometalúrgicos de avanzada; lograr estabilidad, tanto física como química, a largo plazo en tranques de relaves, y lograr convertir desechos mineros en nuevos activos mediante tratamiento y valorización, por poner algunos ejemplos contingentes.

Es también un reconocimiento a la labor de las universidades como polos generadores de conocimiento y como actores relevantes dentro de los ecosistemas tanto de innovación como de cada industria nacional en la que participan. El AMTC de la Universidad de Chile comienza esta nueva etapa de funcionamiento con fondos públicos estrenando una sólida asociación con la Universidad de Antofagasta, casa de estudios destacada en investigación para la minería y localizada geográficamente en un entorno privilegiado para mantener la relación entre la academia y la industria minera.

Esta asociación es además importante porque pone de relevancia uno de los principios que hemos mantenido desde la fundación del AMTC: el desarrollo científico-tecnológico debe ser colaborativo. El que dos universidades prestigiosas aúnen esfuerzos de forma permanente redundará en mayor innovación y mejores soluciones (más eficientes, más baratas, más eficaces) para la industria minera. Este modelo de colaboración es el que aspiramos a que se expanda y se establezca en nuestras relaciones con las empresas. La colaboración dentro de la academia es beneficiosa, pero lo es aún más la colaboración academia-industria.

Es, entonces, que iniciamos esta nueva etapa de nuestra historia con la satisfacción de la confianza depositada en el AMTC para ayudar a resolver los grandes retos de una industria que cada vez adquiere más relevancia en el constante trabajo de construir el futuro de nuestra sociedad.